MARIDAJE DE LA CERVEZA

 

 En función de la tapa:

 

 

Poco a poco, la cerveza, esa bebida de ancestral tradición y amplia variedad, va reclamando su sitio, para convertirse en algo más que un agradable refrigerio veraniego que quita la sed.

Se puede comprobar que, en aquellos platos donde el vino falla, la cerveza nos puede dar una grata sorpresa.

Las combinaciones de sabor pueden ser tan variadas como nos lo permita nuestra imaginación.

 

 

 

 

- Los ácidos:

Los platos en los que dominan los ácidos encuentran en la cerveza el perfecto maridaje.

Hay que destacar que la cerveza encuentra aquí maridajes de gran interés gastronómico, puesto que es precisamente en este terreno donde los vinos no tienen nada que hacer.  Cualquier plato aliñado con vinagre no debe acompañarse con vino.

La cerveza combina muy bien con los escabeches, tanto en el terreno de las carnes como de los pescados. Esto se debe a la fuerza ácida del vinagre que encuentra en la cerveza el equilibrio perfecto.

La cerveza también combina estupendamente con los platos en los que abunde el tomate,   debido a la acidez del mismo. Esto se traduce en maridajes muy interesantes como con los pistos, los guisos con tomate, el pan con tomate, las cazuelas...

Ciertos componentes ácidos de las verduras dejan en la boca aromas y sabores que deforman los de cualquier otra bebida alcohólica que no sea la cerveza. Así pues, nos encontramos aquí con una gran variedad de combinaciones posibles entre la cerveza y muchas verduras que, por otra parte, son incompatibles con otras bebidas.

Igualmente, platos que se aliñen con mostaza, salsa ácida y agresiva, combinan con gran armonía con la cerveza.

 

- Los picantes y los platos muy especiados:

La cerveza es la contraposición perfecta a la sensación del picante

Los platos picantes y muy especiados producen en la boca cierto “agobio” que no admite fácilmente cualquier bebida alcohólica. La cerveza en cambio alivia esa sensación. Es la contraposición perfecta a la sensación del picante.

Es difícil encontrar bebidas alcohólicas que aguanten la agresión del ajo y el pimentón; sin embargo, la cerveza destaca precisamente por ser buena compañera de este tipo de platos. Por eso, la cerveza es la elección perfecta para acompañar el chorizo, por ejemplo.

Siguiendo esta misma argumentación, la cerveza encuentra buenos maridajes en los platos condimentados con guindilla, chile, pimienta, y con los que se llevan especias de aromas intensos (cilantro, jengibre...). Destaca pues el excelente maridaje de la cerveza con la cocina mexicana y con muchos platos de nuestra gastronomía.

 

- Los platos agridulces:

La cocina oriental encuentra en la cerveza un maridaje perfecto, debido a las salsas con las que bañan sus platos (sushi, sashimi), en los que abunda la soja y la salsa wasabi picante.

También las mostazas y salsas ketchup combinan bien con las cervezas por la fuerza sápida de estos ingredientes. Esta explicación obliga a recomendar acompañar platos como las hamburguesas con cerveza.

 

- Ahumados y marinados:

Perfecta compañera para los ahumados y marinados por el contrapunto de su sabor

Tanto en carnes como en pescados, los ahumados (sabor acentuado por el humo) encuentran  en la cerveza el contrapunto perfecto. Esto explica el maridaje de la cerveza y muchos embutidos, las salchichas y los pescados ahumados.

La cerveza también destaca como compañera de los pescados marinados por el contrapunto de su sabor.

 

- Las grasas:

Muchos platos grasos necesitan de la cerveza para “limpiar” el paladar: carnes de cerdo, embutidos....

Ciertas teorías gastronómicas bastante extendidas afirman que los huevos servidos con la yema líquida (fritos, escalfados, pasados por agua...) recubren la boca con una capa grasa que llega a “taponar” las papilas gustativas de la lengua, lo que impide captar sabores de bebidas de aromas complejos, como el vino. Sin embargo, esto no sucede con cervezas suaves y frescas que limpian la boca. Por la misma razón, la cerveza es una buena opción para acompañar los platos fritos que tienen mucha grasa.

Igualmente, destaca el maridaje de la cerveza con los pescados azules. Son pescados muy grasos de intensos sabores que encuentran en la cerveza el contrapunto refrescante.

Coincide además que los quesos que mejor se prestan al maridaje con las cervezas son los que presentan una mayor cantidad de materia grasa, una textura cortante y una clara tendencia a la acidez en el sabor.

 

- Los sabores amargos:

Las verduras de sabores amargos, como las alcachofas y las endibias, se ven equilibradas con el sabor intenso de algunas cervezas con cuerpo.

 

- Platos con chocolate:

Cualquier plato que lleve chocolate como ingrediente en su salsa (perdices y codornices, o la cocina mexicana) encuentra en la cerveza un excelente compañero.

El chocolate tiene un conjunto de aromas muy fuertes y persistentes que ocupan los órganos gustativos y el exceso de alcohol molesta en la boca cuando aún está ocupada por sus perfumes.

La cerveza también tiene un espacio en el universo goloso. Buena prueba de ello es la deliciosa combinación de los postres de intenso sabor a chocolate con la cerveza negra y sus delicado gusto a regaliz y frutos secos.

 

- Las brasas:

Los sabores tostados de las carnes a la plancha armonizan perfectamente con las cervezas de cuerpo medio.

 

- Cerveza como ingrediente:

Todos aquellos platos que se cocinen con cerveza pueden combinarse perfectamente con cerveza, pues sus sabores se verán complementados.